lunes, 25 de febrero de 2013

El invierno

El fin de semana pasado disputaba el duatlón de Barakaldo sin mangas ni pasar frío. Este sábado, sólo seis días después, la excursión en bici de montaña pintaba tal que así.


Hoy he salido a correr, pensando en que el duatlón de Durango, el próximo, es de distancia corta, el doble que el único que he disputado, y me ha granizado a base de bien a partir del kilómetro cinco.

domingo, 24 de febrero de 2013

viernes, 22 de febrero de 2013

El debú: Duatlón de Barakaldo

Técnica de ciclocross para el metro
Técnica de ciclocross en el metro
El primer duatlón de mi vida iba a ser el de Barakaldo, en distancia 'sprint' (5 kms. a pie, 19 en bici y 2,5 a pie). Lo más llamativo es que hay muy poca gente apuntada. Somos menos de cien inscritos. Eso significará que el ritmo medio será algo mayor. Al menos, es lo que suele suceder en otras carreras. Cuanta menos gente, más rápido. Posiblemente la gente ha preferido comenzar la temporada ayer en Sopelana, más cerca del mar, con un circuito ciclista menos urbano…

Ya tengo dorsal
Ya tengo dorsal
El caso es que estamos la sufrida Julia y yo llegando a Barakaldo en metro. Ella se encargará de hacer las fotos correspondientes. Al menos, es un evento cómodo: se llega en veinte minutos en metro, e ir con compañía y apoyo moral facilita mucho las cosas. Por otro lado, y siendo positivo, menos gente significa menos barullo en el segmento ciclista. Y es que, aunque el pavimento esta seco -lo que es algo milagroso dado el mes de febrero que llevamos- es la parte que más me preocupa a priori. Apenas he rodado en grupo con la bici de carretera. Bueno, apenas he rodado con la bici de carretera y nada en grupo. En este caso, menos es más: menos bulto, más claridad. Llegamos a la Ciudad Deportiva San Vicente con tiempo de sobra.

Trotando un poco para calentar
Trotando para calentar
La salida masculina es a las 10.05 h., cinco minutos después que las nueve chicas apuntadas. Recojo el dorsal, y me toca el número 44. La primera novatada es que el minidorsal que va en la bici lo coloco donde no es. en lugar en los raíles del sillín, lo coloco más adelante. Así que cuando voy a pasar a los boxes un comisario me dice que tengo que colocarlo donde corresponde. Vuelta a la zona administrativa, a conseguir una nueva brida… y unas tijeras para cortar la brida ya colocada. Afortunadamente no tardo nada en conseguir colocar bien las cosas. Paso al box, por el camino me chequean la bici y el casco, me dan el placet y para adentro.

En carrera: saliendo de la pista de atletismo
Saliendo de la pista de atletismo
En este primer duatlón había decidido que el objetivo es acabar, hacer las transiciones tranquilamente y sólo preocuparme por el tiempo de corte: asequible, pero no sobrado en mi caso. En cualquier caso, relax y transiciones fáciles: con las zapatillas fuera de los pedales para montar y, en todo caso, desmontar descalzo para ganar unos segundos. Hay muchas cosas que son nuevas, como correr con el culotte (sin rozaduras), las transiciones (del rodillo al sofá no cuenta como transición, me temo) y todo lo que tiene que ver con colocación del dorsal, el orden de las cosas (casco, gafas, zapatillas), las verificaciones del material…

Llegando a la T1
Llegando a la T1
En la salida me coloco en la parte trasera del grupo. Hago el primer kilómetro en 4:09" y el segundo en 4.10". Es más rápido de lo que tenía pensado pero me resisto a ser el último. Paso a cuatro o cinco personas y encuentro un ritmo de supervivencia en el que sé que voy a llegar y pasar el corte. Soy de los últimos, pero me siento bien. Hace sol, y no tengo ni frío ni calor pese a ir en tirantes y con las pantorrilleras más finas que tengo. Termino el primer segmento en unos veintidós minutos. Tan concentrado como iba en la transición ni me acordé de marcar en el reloj los cambios de deporte. Al final acabaría con un único registro para toda la prueba.

En la transición todo sale bien: me pongo el casco lo primero y luego me cambio de zapatillas. Llevo gomas en las zapatillas, así que no hay que anudar ni desanudar cordones, y las zapatillas de ciclismo, específicas de triatlón, tienen una única lengüeta y las he dejado abiertas. Sólo hay que meter los pies dentro, cerrar el velcro, coger la bici y correr confiando en no resbalarse con las calas. No hay problema en el tartán de la pista de atletismo, pero me preocupa el asfalto a la salida del polideportivo. Monto sin problemas. Además, es cuesta abajo y no hay problema en calar tranquilamente los pies. Oigo ruidos detrás de mí. Creo que alguien -o varios- de los que iban por detrás se han caído al montarse en la bici. No miro atrás siquiera.

En la T1
En la T1
Sector ciclista (2)
Sector ciclista
En la bici me siento bien. Comparado con correr, es algo menos agónico. O al menos puede serlo. Me doy cuenta de que voy alcanzando gente. Voy remontando de grupo en grupo, aprovechando las colas de los pelotones para tomarme descansos. En cada una de las tres vueltas aprieto en el mismo sitio: en la bajada del paso subterráneo bajo la rotonda. En algún caso me sirve para cambiar un grupo por otro algo más adelantado y en otro sólo para cogerme un calentón hasta ser atrapado de nuevo por el grupo. Controlo con el pulsómetro y me regulo más o menos. Total, acelerar a pie es más cansado.

Sector ciclista (5)
Acabando el sector ciclista
El circuito es muy fácil: eminentemente llano (salvo el paso subterráneo bajo una rotonda) y de rotonda a rotonda. Con el asfalto seco, tomo las rotondas con pocas precauciones y me sirven para recuperar terreno con las respectivas gruperas. Llego a la T2 casi por sorpresa. Tenía pensado bajarme descalzo de la bici, pero me encuentro la línea de desmonte casi de golpe y no me da tiempo. Además, es cuesta arriba, así que me bajo calzado milímetros antes de la línea.

Llegando a meta
Llegando a meta
Corro a dejar la bici, nuevo cambio de zapatillas y vuelta a correr. Ahora es menos distancia, así que ya sólo queda llegar. Voy de los últimos, según lo previsto. Quizás llevo detrás a media docena o así. No sé exactamente cuántos, pero el objetivo de hoy era sólo acabar. A lo lejos veo a un padre y un hijo (o un tío y un sobrino, qué se yo) con los que había coincidido en alguno de las grupetas del sector ciclista. Me fijo como objetivo como llegar a ellos. Me sacan trescientos o cuatrocientos metros y los dejo de ver en los recodos del recorrido. Además, en una de las bifurcaciones dudo, le pregunto a un jubilado (que por supuesto estaba apoyado en su valla correspondiente) y me dice que todos han ido por el otro lado. Bueno, en breve toca cuesta abajo y voy recuperando. Por detrás oigo pasos que se me acercan. Efectivamente un competidor me pasa como un avión. Me pongo a su lado durante treinta metros pero su ritmo es suicida para mí. Además, poco a poco me voy acercando a la pareja que persigo. Ya serán menos de doscientos metros.

Premios
Trofeos: no los cambio por una medalla en ese momento ni loco
Justo antes del tramo más empinado uno me adelanta atajando en un giro cerrado sobre un parterre. He encontrado un nuevo objetivo: aunque me cueste un infarto, el que me ha adelantado no me va a ganar. Y le esprinto en el tramo más empinado. Voy al límite. Cambio la pantalla del pulsómetro a una que no me muestre las pulsaciones y me concentro en escuchar a mi perseguidor. He conseguido sacarle unos metros. Cuatro o cinco. Al volver a entrar en la pista de atletismo cambio de nuevo. Trescientos metros más y hubiese pillado al padre y al hijo, casi seguro. Buff, no ha estado mal para ser el primero.